En la Union està la Fuerza

Escrito por Randall Ray Arms el . Publicado en Mis Artículos

En la Unión está la Fuerza

Por Randall Ray Arms, Cientísta Animal Profesional

La palabra “criollo” ha significado múltiples cosas a través de la historia del Caballo Chileno. Inicialmente en la época colonial la palabra se refería a seres que nacieron en las Américas, pero que descendían cien por ciento de españoles. En la mayoría de Latinoamérica la palabra cambió a definirse por entes del país de una genealogía indefinida por la incontrolada cantidad de mescolanza genética dentro de una nación.

Sin lugar a duda, el país que más ha mantenido el espíritu del sentido original en su crianza caballar ha sido Chile, donde la pureza ibérica de sus caballos se aseguró por su aislamiento geográfico y luego se procuró de manera formal con el registro más adelantado de toda América Latina. Los logros de nuestro país fueron rápidamente admirados en el mundo entero, pero especialmente por nuestros vecinos transandinos que sufrían las consecuencias de menos selección humana en los años formativos, un más temprano y mucho más intenso mestizaje con razas europeas ayudadas por topografías que facilitaban su propagación.

En Chile, la raza de origen Ibérica que se fue moldeando a través de 450 años de selección funcional en labores de ganadería, trilla y conflictos bélicos, orgullosamente se denominó Caballo Chileno, incluso mucho antes de formar el primer registro genealógico vaquero de todas las Américas. Los siglos de selección práctica, dio resultados admirados por gobiernos a través del mundo desde el siglo XVIII.

Veinte y cinco años posteriores, empezó un esfuerzo de imitar los logros del Caballo Chileno por nuestros hermanos transandinos. El empeño comenzó cuando había una gran diversidad genealógica en el país, e incluso una fuerte discrepancia entre dos bandos de criadores que diferían tremendamente en cuales debieran ser los objetivos finales. El resultado fue una raza denominada “Criollo” que no cerró sus registros hasta en la quinta década del veinteavo siglo mientras experimentaba con diversas metas morfológicas. 

A pesar, que desde 1939 Caballos Chilenos han entrado en el registro genealógico de la raza Criolla, no fue hasta los años setenta que la inestabilidad política y reforma agraria motivó números significativos de Caballos Chilenos a cruzar Los Andes y empezar un impacto mejorador contundente en la raza al naciente.  Los resultados fueron fenomenales con un impacto tan significativo que todos los países criadores de Criollos no han parado de valorar las sangres chilenas en sus criaderos. Con el aporte de 12 jueces chilenos que llegaron a compartir sus grandes conocimientos morfológicos en el Campeonato Nacional de Palermo y una atinada aplicación de esos consejos por las grandes cabañas del país, hay que reconocer el gran avance que se ha visto en esta raza vaquera foránea que goza de mucha influencia del mejorador Caballo Chileno.

Ante de obtener una importancia como un país con una gran solvencia económica dentro de Latinoamérica, y previo a cambiar nuestra mentalidad derrotista antes los grandes poderes de nuestro continente, Chile miró con ojos codiciosos el mercado para sus caballos en países que de manera efervescente buscaban la continua inyección de sangre mejoradora chilena en su crianza. A pesar de que los primeros grandes esfuerzos de mandar caballos a Argentina y Brasil fueron resultados de la inestabilidad de nuestro agro chileno, de ahí en adelante un mercado lucrativo para los pocos animales sobresalientes prácticamente nos cayó en las faldas sin esfuerzos de mercadeo.

Por lo general, los grandes criaderos aprovecharon estas instancias con un mínimo número de animales mientras el resto de Chile no sentía ningún impacto benéfico por la relación que se cultivaba entre criaderos de renombre en ambos lados de la cordillera.  Esta inter-relación no solo implicaba interesantes ventas para dueños de los criaderos principales, que poco necesitaban de mejores ingresos, sino que también creaba un intercambio social con criadores grandiosos que los recibían y atendían como reyes con tal de beneficiarse de la comprobada genética chilena que tanto aportaba a sus criaderos.  Sin duda, este roce creo grandes amistades y entretenidas convivencias en el ámbito de la FiCCC. Los criadores de Criollos hacían todo lo posible por influenciar nuestros dirigentes a incorporar nuestro Caballo Chileno con un sinfín de logros de mucho más prestigio, a formar parte de la raza vecina. Fue notorio, que beneficiaría enormemente unir las proezas de nuestra raza nacional a la raza Criolla, la cual en ese entonces se estaba dando a conocer mucho más a través del mundo (ahora las cartas se han invertido y el Caballo Chileno se está dando a conocer más).

Para los que evaluaban nuestra raza bajo un signo monetario, la relación con la raza Criolla hacía perfecta lógica bajo el estandarte de la “globalización” que predominaba las conversaciones de la economía mundial. Poco importaba que éramos uno de los pocos ejemplos en el mundo de una verdadera raza bajo la definición clásica de la palabra. Poco importaba que nuestro registro era el más antiguo en razas vaqueras del hemisferio oeste, o que tuviésemos el primer estándar racial, o la organización de criadores vaqueros más antigua del mundo, o que un autor chileno escribiera un libro tan adelantado en el tiempo sobre la zootecnia protagonizando nuestra raza nacional.  Poco importaba que nuestro Caballo Chileno diera a nacer el deporte racial vaquero organizado más antiguo de todas las Américas y que el mismo ha mostrado ser la prueba más compleja y efectiva para la selectividad de aptitudes vaqueras.  Todas estas increíbles usuras se despreciaban con tal de cambiar el nombre de nuestro caballo a “Criollo”, e incorporarlo a la FICCC. Esta organización “mordía el freno”, a la espera de poder llamar todos esos lucros suyos e hicieron lo posible por influenciar los grandes criadores que formaban parte de la directiva de nuestra Federación de Criadores de Caballos Chilenos.

De manera muy silenciosa todo se empezó a poner en efecto en 2002 con acuerdos firmados en Brasil.  Subsiguientemente, sin hacer cambios oficiales en nuestra razón social, cambiaron el nombre de nuestra raza en los certificados de registro, cambiaron el nombre de nuestra federación de criadores en el logo de sus anuarios oficiales, como también cambiaron el nombre en los abrigos de los competidores que representaban la federación en las pruebas ecuestres.

Hábilmente, arreglaron para que caballos Criollos ganasen Mejor Representante de la Raza en competencias morfológicas raciales. También permitieron la participación de una yegua en rodeos oficiales que fue nacida, inscrita, criada y entrenada en Argentina. Luego se le otorgaría el premio de Campeona de Rienda en la competencia racial más grande de Chile, el Campeonato Nacional de Rodeo en Rancagua.  En fin, nuestra nación dio a nacer claramente un pequeño grupo de chilenos “Criollistas” que trataban por todos los medios de entregar toda nuestra raza nacional a una raza ajena. Se intentaba que todos los méritos extraordinarios de generaciones de criadores pioneros y visionarios chilenos pasarían a compartirse con cuatro otras naciones a cambio de intereses personales.

Todo funcionó bien mientras la información se mantenía en muy bajo perfil. Solo dejaron de hacer algunas de estas cosas porque públicamente fueron enfrentado por personas con un aprecio mucho más objetivo del tesoro nacional que existía dentro de nuestras fronteras. A fin de cuenta, lo que se vino reclamando por mucho tiempo con insistencia, a directores poco preocupados por el porvenir de la raza del Caballo Chileno, cambió drásticamente cuando esa preocupación se dejo de mostrar al directorio de la Federación de Criadores de Caballos Chilenos y se empezó a comunicar a los presidentes de asociaciones de criadores. En 2010, cuando las bases se enteraron de que el nombre y el registro cerrado del Caballo Chileno estaba en peligro, todo estalló. ¡Las bases tenían muy claro que el Caballo Chileno que ellos, sus padres y antepasados tanto apreciaban, no podía regalarse a una raza ajena que jamás había formado una parte de la nuestra!  Poco se requirió para cambiar la opinión generalizada de le Federación de Criadores de Caballos Chilenos y al llevar el tema a un consultivo en 2011 con amplia difusión de la información previo a la reunión, el Consejo Superior ampliamente voto en favor de mantener el nombre del Caballo Chileno y la pureza de sus registros. Tan vergonzoso fue la reacción de las bases para el directorio, que su totalidad presentó su renuncia. Cabalmente, las bases opinaron que no era conveniente frente el compromiso del consultivo que estaba por llevarse a cabo.  

Este incidente demostró a nuestro rubro varias cosas de mucho interés. Primeramente, que nadie apoya la pura raza del Caballo Chileno más que los huasos que forman las bases. Pero también sirvió para mostrar que los objetivos del directorio de la Federación de Criadores, puede tener una visión muy distinta. Ahora se conocía que el bienestar de la raza pura del Caballo Chileno podría entrar en segundo plano ante cambios que podrían significar beneficios económicos, principalmente para los criaderos de renombre que son reconocidos en el extranjero. Los directores que tienen este alineamiento de ideas, visiblemente no priorizan la gran historia del Caballo Chileno más allá de ver cómo pueden sacar un provecho económico del mismo.  Para mi es una triste realidad que demuestra lo material que se ha tornado nuestro mundo, incluso con una raza caballar y un deporte que nunca ha representado eso en su gran aporte a la felicidad del corralero y criador chileno.

La campaña informática ante el consultivo del 2011 definió claramente que la abrumante mayoría de los criadores de Caballo Chilenos (gran parte que también son miembros de la Federación de Rodeo Chileno) son fieles defensores de la raza. No obstante, también precisó quienes eran los “Criollistas” que estaban más interesados en que formáramos parte del mercado para la raza Criolla, que prevalecer los valores de nuestra extraordinaria raza.

El consultivo hizo que más que un director “Criollista” renunciar su puesto permanentemente y otros se mantuvieron para seguir luchando por sus intereses por dentro del directorio. Pero lo que todos los “Criollistas” tuvieron que acceder, era que, dentro de la organización de los Criadores, no llegarían a cumplir sus materialistas anhelos.

Con el dilema que enfrentamos últimamente de la incorporación de caballos no inscritos en nuestro campeonato nacional (que por definición los estatutos exigen que sea solamente para Caballos Chilenos inscritos) y con jinetes usando atuendos argentinos (cuando nuestros estatutos indican que todo jinete tiene que respetar el atuendo típico del huaso) me he dado mil vueltas en la cabeza tratando de entender este problema.

Primeramente, traté de entender por qué se transgrediría reglas formales del cimiento de nuestro deporte nacional para aventajar dos o tres colleras de principiantes en el Rodeo Chileno. No entendía por qué la directiva de FEROCHI, quien representa toda la escrupulosidad de nuestro deporte, aceptara acciones tan contrarias a la fundación del deporte que representan.  A fin de cuenta, FEROCHI se ha expuesto a una muy valida crítica al permitir que miembros de una asociación extranjera entre a participar en un evento RACIAL de suma importancia por ser nuestro CAMPEONATO NACIONAL, sin seguir los reglamentos que se imponen al pie de la letra para los más de diez mil corredores del país,

¿Como se puede entender que los dirigentes del Rodeo Chileno no exigen que los reglamentos de un deporte que ha existido por 57 años se cumplan, por complacer unos novatos queriendo formar parte de nuestro prestigioso deporte nacional?  ¿Qué será que es tan importante para la participación de los cuyanos, que justifica vulnerar las reglas fundamentales de un deporte de renombre que ha existido como tal por más de medio siglo y como disciplina competitiva por más de siglo y medio?

Débil argumentos han hecho de parte de los dirigentes de FEROCHI estipulando que es con el afán de internacionalizar el Rodeo para tener una posición más fuerte ante los animalistas. Si bien en Chile tenemos una posición de quienes, por falta de comprensión de los pormenores de nuestro deporte nacional, objetan al mismo, son principalmente gente que han sabido de su existencia durante toda su vida. Pueden estar en desacuerdo, pero desde los relieves en platos de cobre hasta las pancartas del 18 de septiembre, el Rodeo Chileno es una parte innegablemente reconocida de la cultura chilena.

No así, sería para quien ve el rodeo por primera vez en un país ajeno. Para quienes han tratado de demostrar nuestro deporte a vaqueros y caballeristas de otros países, creo que realizamos la dificultad más acentuada para que el mismo sea entendido y apreciado en el exterior. Con la tendencia de los derechos animales hoy dia, es muy difícil que cualquier deporte que tenga que ver con el manejo de animales se acepte como una novedad viable de introducir con éxito. Hoy dia estos deportes solo se podrán mantener en sus países de origen, porque cualquiera que sea las críticas que se hagan al respecto, serán mucho más agresivas en países donde no existe la cultura de aquellas disciplinas.  Hoy dia, la sensibilidad del animalista urbano se opone a casi todo que va en contra un accionar voluntarioso de los animales, al punto que algunos hasta alegan que montar los caballos para cualquier propósito, invade sus derechos.

Por lo tanto, si bien el rodeo es un valor cultural en Chile, una tremenda herramienta seleccionadora para el Caballo Chileno y el segundo espectáculo más popular de nuestra nación, no es razonable pensar que vamos a internacionalizar el rodeo.  Esta pequeña comunidad de gauchos que practican el rodeo cuyano por su cercanía a nuestras fronteras y una historia que incluso alguna vez los definieron como parte del Reyno de Chile, no es un ejemplo reproducible en muchos otros lugares. El rodeo es un deporte creciente y popular en nuestro país y eso es lo que tenemos que cuidar, perfeccionándolo para que cada dia sea un deporte más técnico, más admirable y menos mal interpretado por los que lo ven sin una comprensión previa de todo lo que dio lugar al mismo.

A medida que hay problemas de exceso de competidores y deficiencia en obtención de ganado tenemos que procurar subir el nivel técnico de un rodeo que da más razones de admirar y menos razones de criticar. Esto se logrará más con directivas de nuestras Federaciones que buscan perfeccionar nuestro espectáculo nacional y menos con directivas que investigan inútilmente internacionalizar una disciplina que no tiene futuro a fuera de nuestras fronteras.  Donde existan excepciones como Cuyo, bienvenido será permitir su incorporación al Rodeo Chileno, siempre y cuando exijamos el respeto total por los reglamentos de este apreciado deporte que simboliza nuestra raza nacional y la cultura huasa que le dio formación.

Entonces si la internalización del rodeo y traer tres colleras de novatos no es una buena justificación para quebrantar todas las reglas de un deporte tan fundamental a la cultura rural chilena, ¿Cuál es el motivo de esta iniciativa tan desmedida de parte del directorio de FEROCHI?

La respuesta se me iluminó cuando tuvimos la valiente reacción de los Campeones de Rodeo y Rienda Chilena al hacer su Declaración Pública denunciando el irrespetuoso convenio del 3 de enero de 2018. Uno pensaría que dicho pronunciamiento en contra de una decisión de la directiva de FEROCHI, lógicamente podría causar esos directores en ser los primeros en reaccionar defensivamente. ¡Pero para la sorpresa de muchos, los que resaltaron reclamando agresivamente a los Campeones de Chile, no fueron los directores de FEROCHI!  ¿Quiénes fueron los que se asomaron entre esta sincera pronunciación de defensores del Caballo Chileno y el honorable deporte del Rodeo Chileno?  ¡Apuesto que ya adivinaron...claro, los “CRIOLLISTAS”!  ¡Las fuertes críticas y llamadas de atención a los héroes de nuestro deporte, sirvieron para darnos cuenta quiénes eran los verdaderos gestores de este movimiento que tan tristemente denigraba la formalidad y prestigio del Rodeo Chileno!

La explicación se hacía más clara al leer el Convenio entre la Asociación de Rodeo Cuyano y la FEROCHI. En el QUINTO artículo, Punto N°3, dicho convenio estipula que el directorio de FEROCHI:se compromete a canalizar los medios para que las organizaciones que mantengan los registros genealógicos de caballos chilenos, tales como SNA, SOFO, SAG, u otros existente en Chile, den las coordenadas y facilidades para la regularización actual, y la futura inscripción, de caballos chilenos de padres chilenos inscritos en la Asociación de Cuyo”. Hay que tomar nota que los “caballos chilenos” a lo cual se alude este punto está escrito en minúscula lo cual no lo indica como un nombre propio de una raza sino cualquier caballo en el país de Chile.

Pero veamos más allá de eso. ¿Cómo es que FEROCHI determina qué caballo es un caballo de pura raza chilena? La respuesta se encuentra en el Artículo N°184 del Título VI de Estatutos y Reglamentos Generales de FEROCHI que dice: “caballo de pura raza chilena es aquel que esté inscrito en el Registro Genealógico y reconocido por la Federación del Rodeo Chileno”.   ¡O sea, que quien valida si el caballo es apropiado para correr en los rodeos oficiales, no es la Federación de Criadores, quienes son los máximos tutores de la raza de Caballo Chileno, sino la institución deportiva!

Ahora, me pregunto que pasa cuando la gente de Cuyo pide conseguir certificados de registros de caballos que supuestamente son cien por ciento chilenos, pero que en sus antecedentes hay ancestros no inscritos, porque nacieron y se reprodujeron en Argentina. Sería una prostitución de nuestros registros aceptar individuos que no tienen comprobados certificados de registro como Caballos Chilenos de Pura Raza.

Por lo tanto, lo que sospecho que se presentará como la solución para estos caballos cuyanos, será inscribir sus caballos en el Registro Genealógico Chileno de Caballos Criollos que desde 2012 forma parte de la SNA. Ese registro permite inscribir cualquier Caballo Chileno como Criollo y de ahí en adelante no es registrable en el Registro Genealógico Original (o histórico, si se prefiere identificar así) de Caballos Chilenos. Si se le da cabida a este registro para los caballos supuestamente cien por ciento chilenos en Cuyo, significa que cumplirían con la definición de ser caballos chilenos (con minúsculas), registrados en entidades genealógicas chilenas (como SNA), y FEROCHI por su política influenciada por los “Criollistas”, podría legalmente aprobar dichos caballos como unos ejemplares puros de raza chilena y por ende utilizables en cualquier rodeo oficial.

El problema estaría resuelto para los cuyanos, ¿verdad? Que mejor que comprobar que tienen caballos cien por ciento chilenos, pero que entran en un registro de Criollos aceptados por la FICCC. Tendrían lo mejor de los dos mundos, porque podrían correr en rodeos oficiales de FEROCHI y también participar en cualquier competencia FICCC. Con criadores FICCC convencidos de las ventajas de cruzar sus Criollos con Caballos Chilenos, además se asegura que los caballos chilenos de Cuyo serian una fuente apetecida de nuestra genética para seguir alimentando las necesidades transandinas.

Esto es el anzuelo para los cuyanos quienes creerán que realmente estamos preocupado por su causa de incorporarlo a nuestro Rodeo Chileno. Pero de llegarse hacer, sería mucha anomalía para el agregar tan pocas colleras a un Campeonato Nacional de Rodeo Chileno que ya esta saturado en participantes y frente una cada vez más difícil consecución de ganado. No me parece lógico todo este esfuerzo para incluir tan poca gente noviciados en nuestro deporte. Debe haber otra explicación.

Pero si volvemos a la primicia que son los “Criollistas” de Chile los que están instigando todo este revuelco, quizás por ahí hace más razón. Ya teniendo el Registro Genealógico Chileno de Caballos Criollos funcionando y autorizados para correr en los rodeos oficiales, ahora los criadores “Criollistas” podrán inscribir una porción, o de querer, todos sus ejemplares en ese registro. Estando ahí, aseguran mantener un mercado nacional porque sus productos podrán correr en rodeos oficiales, mientras cualquier caballo que se destaque funcionalmente, o de cualquier otra manera, tendrá un mercado lucrativo en los países FICCC donde serían MUY bien recibidos como Criollos

inscrito en Chile. Esto SI que es un logro valioso para los “Criollistas” y es lo que vienen buscando desde que trataron de incorporar el Caballo Chileno a la raza Criolla entre el 2002 y el 2011.

El resultado causaría una tremenda división en nuestra raza, ya que estaríamos limitando el registro original en no recibir el beneficio de ejemplares puros de alta calidad que pasarían a entrar en el registro Criollo, sin poder dar un paso para atrás. De alguno de estos ejemplares Criollos tener éxito en las medialunas, no serían utilizables por los criadores de los Caballos Chilenos inscritos en el registro histórico y paulatinamente habría ejemplos que denigrarían el valor de nuestro Caballo Chileno de Pura Raza nacional. Los grandes “Criollistas” chilenos siempre han querido tener la ventaja de vender caballos a los países FICCC.  Al permitir correr los Criollos Chilenos estaríamos dando esa ventaja mientras siguen beneficiándose de nuestros rodeos oficiales.

Esto humillaría un deporte racial que se formó explícitamente para el Caballo Chileno tradicional de la república.  El abrirle las puertas a que los Criollos Chilenos compitan en el rodeo, sería el desmedro del Caballo Chileno que conocemos con nombre y apellido nacional. Las perspectivas económicas serían una tentación mucho más grande a sabiendas que se podrá seguir practicando el deporte de Rodeo Chileno como siempre.

La división repartiría la raza en dos registros donde ambas se perjudicarían al no tener el provecho genealógico de la raza entera. Todos los beneficios históricos del Caballo Chileno se irían quedando en el olvido, a medida que el Criollo Chileno obtuviera más aceptación con fines de ahogar el fuego de existencia por casi 475 años en nuestros territorios.

Pero si bien estas suposiciones personales indican que es lo que podría pasar en beneficio de los cuyanos y que a su ves serían un tremendo beneficio a los “Criollistas” que siempre nos han querido ver como parte de la raza Criolla, ¿Cual será la motivación para que FEROCHI implemente un papel en este subversivo negociado? A mi pensar, el anzuelo para FEROCHI está en ganar mucho más poder y establecerse como la institución predominante en nuestra industria. Los “Criollistas” no pudieron obtener sus objetivos con la Federación de Criadores debido a la fidelidad de las bases antes el Caballo Chileno que ellos mismos crían con tanto orgullo. Creo que la posición de los “Criollistas” es pensar que los deportistas, muchos de los cuales no son criadores, le importará mucho menos el destino de la raza y la Federación de Criadores de Caballos Chilenos que los representa. Si se logra establecer otro registro aceptado para correr en los rodeos oficiales, ese registro no será de influencia de la Federación de Criadores, sino de los “Criollistas”.  Sin duda, los “Criollistas” asegurarán a la FEROCHI su posición de más alto mando en relación a la Federación de Criadores de Caballos Chilenos. De hecho, esto lo pronuncia la FEROCHI con estipular en su Convenio del 3 de enero de 2018 que dice: “EL RODEO DEBE TRASCENDER LA RAZA”.

El objetivo de los “Criollistas” tanto como FEROCHI es engrandecer el rodeo con caballos que por ahora podrán ser de dos registros distintos y más adelante, ¿Por qué no incluir la raza Criolla transandina también, bajo el pretexto ya mencionado en el Convenio, que tiene mucha sangre Chilena en sus venas?

La futura intención de esto se ve claramente en ciertos estatutos de los Reglamentos Generales de FEROCHI, como en el convenio, que siempre especifica que caballos Criollos deben estar inscritos en la FICCC. Nuevamente en el Articulo N°181 punto 2 del Titulo VI del Libro de Reglamentos se estipula lo siguiente:“...salvo que se trate de Rodeos de carácter internacional, en cuyo caso, podrán participar caballares criollos argentinos, criollos uruguayos, criollos paraguayos y criollos brasileros inscritos en los Registros de sus respectivos Países, siempre que estos estén afiliados a la FICCC.

¿Porque un rodeo internacional tendrá que tener limitaciones a solo una otra raza caballar? ¿Por qué ejemplares de esa raza caballar solo son válidos, si el país al cual pertenece es miembro de la FICCC? Es evidente, a pesar de que ni pertenecemos a la FICCC por tener una raza completamente distinta a la de los Criollos, hay un pensar que esta unión es la que aún gente de peso en nuestro rubro siguen buscando.

A mi humilde forma de ver las cosas, todo esto de incorporar lo cuyanos es una ingeniosa excusa para poder llegar a ser un doble registro. Primeramente, lo harán para Caballos Criollos de cien por ciento sangre chilena y luego por el nombre que la define, para cualquier Criollo que quisiéramos traer e incorporar en el registro en Chile. Los cuyanos simplemente son la herramienta necesaria para llegar a justificar las acciones que los “Criollistas” chilenos no han dejado de pensar de poner en práctica. FEROCHI se ha prestado para todas estas irregularidades, porque la promesa y apuesta de los “Criollistas” es que esto desestabilizará la Federación de Criadores de Caballos Chilenos, dándole así un poder mucho más ascendente a FEROCHI en el rubro.

Es un plan muy bien pensado, si lo único que queremos es buscar los beneficios materiales para los grandes criadores. Es un plan muy bien pensado, si estamos dispuesto a desechar los innumerables logros que hicieron los visionarios antepasados chilenos que crearon la raza tan única denominada, Caballo Chileno. Es un plan bien pensado, si asumes que las bases de FEROCHI no les importa un bledo todo lo que hace el caballo debajo su montura, algo especial en el mundo entero. Es un plan bien pensado, si los criadores muestran una pacífica apatía de no importar perder la raza que se les entregó resguardar para futuras generaciones. Es un plan bien pensado, si la SNA quiere tener limitados registros en Chile y no visualiza un mercado en el mundo entero mucho más viable por la extraordinaria raza histórica del Caballo Chileno. Es un plan bien pensado si el gobierno de Chile mira estos hechos con brazos cruzados mientras desmedran el Monumento Natural Nacional de Chile, que ya está reconocido en la FAO.

No les puedo asegurar 100% que este es el plan de los “Criollistas”, pero SI les puedo decir que son “Criollistas” que están presionando presidentes de asociaciones, campeones de Chile, jefes de prensa de periódicos, e incluso reporteros que intentan ser objetivos en sus labores del portal de Caballo y Rodeo. Las demás conclusiones son suposiciones mías, después de mucho tiempo de darle vuelta a este asunto. Solo encuentro esta explicación que es coincidente con los objetivos de los “Criollistas” desde que los conozco en mi lucha personal de defender el Caballo Chileno. Sé que muchos otros han luchado en esta causa también y ninguno con el peso que corresponde a nuestras bases patrióticas que no dejarán nunca de valorar la gran trayectoria del Caballo Chileno y la prueba funcional de Rodeo Chileno que lo ha permitido perfeccionarse.

Por lo tanto, si para lo único que sirve este escrito es de modo preventivo, les recomiendo lo siguiente:

  1. Sean consecuentes en escoger representantes de ambas federaciones que realmente les importa la defensa del Caballo y Rodeo Chileno
  2. Busquen la manera de obtener una mejor comunicación de los temas a tratar en los directorios para que las bases siempre entren a los consultivos bien informados. De serlo, ellos harán las mejores decisiones.
  3. Trabajen en perfeccionar los estatutos y reglamentos para que tengan una sola forma de interpretarse y que éstos sean los más correctos para los objetivos de preservar nuestra raza, nuestro deporte y nuestras tradiciones nacionales. Hay muchos que fueron escritos con el afán de un doble discurso que deja la puerta abierta por su falta de claridad.
  4. Definan bien que solo el Caballo Chileno de pura raza puede participar en los rodeos oficiales y no permitan nunca que haya excepciones a esta regla, como tampoco en la presentación de los jinetes con vestimenta, atuendo y aperos típicos del Huaso chileno.
  5. De ninguna manera deje que caballos de otro registro, que no sea el original o histórico, participen en el rodeo ya que esa es la garantía que obliga a los “Criollistas” seguir apoyando la raza que tanta retribución le ha dado a ellos y otros chilenos.
  6. No dejen nunca de otorgar la principal prioridad funcional del Caballo Chileno, al Rodeo Chileno. Esa ha sido la herramienta más importante en la selección para las aptitudes físicas y fortaleza mental que hace el Caballo Chileno apto para todas las disciplinas vaqueras.
  7. Si buscan diversificar la funcionalidad del Caballo Chileno, que sea solamente en disciplinas vaqueras. Nunca faltarán opciones, ya que hay docenas de ellas en las culturas vaqueras alrededor del mundo entero. Recuerden que el Caballo Chileno es la Raza Vaquera más antigua de América y pensar en usarlo para otras funciones que no desarrollan las aptitudes vaqueras, solo diluye nuestro esfuerzo de siempre estar en la cima de nuestra antigua y prestigiosa especialización.
  8. Si alguien propone que el Caballo Chileno participe en rodeos internacionales, aliéntelos para hacer el intento, pero que tenga claro que esto NO ES la función de FEROCHI, ni tampoco es el propósito de nuestros rodeos oficiales que terminan en el gran espectáculo de nuestro Campeonato Nacional. Los que hagan la gestión para el rodeo internacional deben darse cuenta lo que cuesta llegar a tener la formalidad y prestigio del Rodeo Chileno y ellos tendrán que empezar de cero. A fin de cuenta, nuestros rodeos raciales les llevarán 158 años de ventaja y no creo que tengamos que preocuparnos que los rodeos internacionales lleguen a sacarnos de la vitrina vaquera primordial de la nación.
  9. Sean partícipes. No importa si son dirigentes o socios, se necesita que todos se interesen por su Federación y que aporten en aptitudes, talentos, trabajos y contribuciones monetarios. “En la UNION está la FUERZA”. Hoy dia la amenaza crítica a nuestra unión, llega por “Criollistas” cuyo lema es, “divide y conquistarás”.
  10. Agradezcan a Dios que nacieron en Chile. Las particularidades de la geografía de este país más las iniciativas de los pioneros, soldados y huasos de campo, dieron formación a una de las razas más gloriosas de este planeta. Proyecten el Caballo Chileno a quien quiera saber de él, ya que muchos lugares debieran ser mercados fértiles para nuestra raza nacional. Pero en ningún lado esta raza vaquera obtendrá la selección tan exigente que le provee el Rodeo Chileno. Preocúpense de perfeccionar el rodeo, para que cada día sea más técnico y requiera de mejores amansadores, mejores arregladores y mejores jinetes. Tenemos con que sobresalir, si tan solo le mostramos al Caballo Chileno el cariño y respeto que se merece como la única raza insigne de Chile.

Hasta la próxima,

Randall