Levantemos el Rodeo Evitando las Caídas

Escrito por Randall Ray Arms el . Publicado en Mis Artículos

Levantemos el Rodeo Evitando las Caídas

por

Randall Ray Arms. PAS

 

La realidad es que vivimos en tiempos difíciles por la atención que esta recibiendo “los derechos” de los animales. Esta es una realidad no solo en Chile, pero en diversos países donde se está cuestionando el trato de animales domésticos de toda índole.  En Chile tenemos múltiples áreas que podrían beneficiarse de estudios concienzudos.

El sector que sin lugar a duda requiere del mayor cuidado es el trato de las mascotas que faltan de salubridad, ejercicio y atención si es que vamos a velar por requisitos básicos de quienes proclamamos como nuestros mejores amigos.  Los impresionantes trabajos de la Dra. Temple Grandin en los mataderos internacionales nos indica que hay mucho que podemos hacer en Chile para tener un trato más respetable de los animales que están destinados a faenarse.  Toda la producción animal, sea para carne, productos lácteos o textiles tienen espacio para evaluar formas de ser más cuidadoso en su trato sin considerar las exageraciones de algunos animalistas que prácticamente no se conformarán hasta verlos en estado silvestre mermando el mundo de productos de alta calidad para la humanidad.  

Lo que también debe ser una preocupación del bienestar animal es resolver el problema de la tremenda cantidad de perros callejeros y caninos ferales que son causales de muchas mordidas de humanos, propagadores de enfermedades y mortalidades a animales de campo que son una fuente de sustentación de la demográfica rural. Hay caninos y felinos por todo Chile que viven permanentemente estresados por una salud precaria que no solo pone en peligro la vida de animales bien atendidos, pero también son una fuente de enfermedades que amenazan a la salud humana. Uno pensaría que las preocupaciones de agrupaciones que “pierden el sueño” sobre el bienestar animal empezaría por los cientos de miles de animales que no tienen dueños.  

Como última prioridad de dichas organizaciones debieran ser los animales deportivos.  No importa que especie deportiva se estudie, estos animales que contribuyen a la felicidad de los humanos son los más cuidados en el planeta.  Cuando el objetivo es el rendimiento en una función especifica, es indispensable que los dueños se preocupen por la salud, las condiciones físicas y óptimo estado mental de sus pupilos. A fin de cuenta, aunque una pequeña cantidad de estos animales generan ingresos para sus dueños, la gran mayoría de ellos son causales de perdidas que solo son compensadas con la gran satisfacción que generan en los dueños. Siempre habrá ejemplos de lo contrario en todas las buenas intenciones que uno menciona, pero lo que está claro es que toda una industria no se puede basar en relaciones que disminuyen las posibilidades de sentir el agrado de buenos rendimientos.   

 

El Caballo Chileno es un buen ejemplo del exaltado interés de cuidar los animales deportivos de buena manera. Nada más hay que ver el estado de los caballos corraleros que entran a la medialuna  La gran mayoría se encuentran en un peso ideal, con un pelaje corto y brilloso que es producto de una infinidad de horas de cuidado que no recibe ningún animal domestico de granja.. Los Caballos Chilenos se distinguen por muchas características fisiológicas, pero uno de los grandes orgullos de la raza es el moño, gatillo y cola, en conjunto denominados “adornos”.  Todo corralero dedica muchas horas de trabajo manual para tener cada hebra de pelo suelto creando una cabellera ordenada e increíblemente voluminosa. Ningún animal a potrero y menos uno silvestre reciben cuidados diarios en los cascos, pero el corralero se preocupa de limpiar los cascos de sus caballos todos los días. En fin la dedicación involucra muchos detalles.

Para ser competitivo todo atleta requiere de mucho tiempo de enseñanza y acondicionamiento. El caballo corralero típicamente se amansa a los 3 años y recibe 2 a 4 años de enseñanza básica para luego refinar sus movimientos competitivos con bajas exigencias por 1 o 2 años más y luego empezar a ser competitivo entre los 6 a los 8 años de edad. La cúspide de sus habilidades se alcanza entre los 9 y los 15 años y debido a la paciente metodología de preparación hay caballos que aún son competitivos a primer nivel a los 21 años de edad. Esto no se ve en ninguna otra raza del mundo y son hechos producto de un alto grado de cuidado de un animal dentro de una industria que solo implica gastos sobre más gastos sin ninguna esperanza de premios monetarios.  Ninguna mascota de la realeza más noble de cualquier país recibe más inversiones a lo largo de su vida que los caballos corraleros de huasos de todas las clases sociales de nuestro país.  

En una era moderna cuando la mayoría de la población humana y sus mascotas están demasiado sedentarios y sobre peso, el huaso orgullosamente puede decir que las largas horas de atención a sus queridos caballos tiene el resultado de presentar ejemplares fuertes, musculosos y saludables para enfrentar las demandas deportivas de correr la vaca, como los buenos atletas de cualquier deporte élite. Como todo en este variado mundo, se pueden encontrar ejemplos de los inconcientes e irresponsables que no hacen las cosas bien, pero cabe decir que la gran mayoría de los huasos quieren sus caballos demasiado para no hacer todo lo posible por tenerlos presentables para una de las pruebas funcionales más difíciles en el mundo ecuestre.  

Tengo que agradecer a los animalistas por exponer su oposición al rodeo, aunque no entienden la gran mayoría de cosas que hacen de este deporte algo admirable. Ellos apuntan a la minoría de cosas que realmente merecen nuestra atención para poder  cumplir mejor nuestras propias metas de velar por la prosperidad de nuestros animales. Muchas  de estas cosas existen a pesar de tener reglamentos que debieran evitarlos, pero lo que los temas de la actualidad nos demuestran es que tenemos que ser más enfáticos en implementar con severidad los reglamentos ya establecidos que protegen los animales. Si hay un despertar valioso en todo lo que ha sucedido, es que TODOS los corraleros tienen que entender que la rigurosa implementación de estas reglas es necesaria para la buena fortuna de nuestro deporte nacional. Esto implica una explícita instrucción de los jueces y capataces que deben ser remunerados para justificar ser controlados monitoreando su rendimiento en la medialuna para asegurar la continuidad de ellos en sus puestos. Todos conocemos cuales son los reglamentos que no implementamos con suficiente rigor para disminuir drásticamente los ejemplos de quienes critican nuestro deporte como maltrato animal y es indispensable que hagamos lo necesario para corregir estas debilidades con tenacidad.

Creo que tenemos mucha más defensa con el Caballo Chileno que tiene 450 años de selección para aptitudes vaqueras. Además este caballo único forma un enlace emotivo en nuestras vidas donde es un miembro más de nuestras familias. El meollo de las atenciones que nos están dando los animalistas que desean criticar nuestra actividad es más que nada dirigidas al novillo. Al eliminar el arreo del mismo hasta las esquinas del apiñadero hemos prácticamente cesado las incidencias de novillos ariscos que golpean   la compuerta para luego salir a la cancha sin completo control de sus sentidos. No obstante qué tanto se castiga al competidor que arrea excesivamente a las esquinas, es una apreciación de jurados que no siempre es consistente. Creo que al igual que tenemos rayas que definen  la zona de postura, también debemos tener una raya claramente marcando hasta donde se puede arrear en el apiñadero y así no dejar en duda cuando se merece puntos menos.  

Pareciera inevitable que algunos novillos hagan el intento de saltar los portones de los apiñaderos y para esos casos minoritarios es justificable tener un mejor acolchonamiento en los portones para proteger los animales. No obstante, es más importante considerar una extensión envisagrada de altura en ambas puerta del apiñadero que se posiciona arriba durante las vueltas y que el encargado de portones lo baje tan pronto la collera sale a la cancha, para no estorbar la visibilidad del público cuando la acción llega a la quincha detrás. Con esa extensión a la vista, es dudable que cualquier novillo intente un escape por la vía del salto. Lo otro que ayudaría en el apiñadero es cambiar la forma de ojo que tiene actualmente, a un ovalo que permita que los portones terminen en una curva simétrica que naturalmente guía los novillos a dar la vuelta en las extremidades y no aferrarse en tirarse contra las esquinas. Con estos tres cambios las críticas dentro de los apiñaderos prácticamente no existirán.

 

Ahora, creo que no hay una parte más mal interpretada respecto al trato del novillo, que su llegada a la quincha. En pocas palabras la caída del novillo es lo que más impacto tiene a ojos de la gente que ignora nuestro deporte, la infraestructura y los animales en sí. El 90% de la empatía antropomórfica del desconocedor del rodeo es el resultado de ver el caballo haciendo contacto con el novillo y viendo este último caer al suelo. No importa cuantas veces explicamos que no es un golpe de impacto sino un empujón, o cuantas veces revelamos que la quincha es acolchada y tiene una forma que permite levantar el novillo volteando la costilla por la parte superior para alzar las cuatro patas que sustenta el novillo que no tiene otra alternativa que caer a un piso suave de arena suelta. Nada de eso es válido ya que “ojos que ven, también son capaz de sentir lo que realmente no está sucediendo”.  

Por lo tanto es esencial que busquemos la manera que los novillos estén menos propensos a caerse al ser atajados. Hay varias medidas que podemos tomar para hacer una gran diferencia en lo que el público desconocedor interpreta al observar.

1- Correr orillado como era la costumbre en los inicios del rodeo, lo cual requiere más postura y más cercanía al novillo evitando el gran ímpetu de repentinamente encontrarse con la quincha con alta velocidad y mayor impacto al correr encanchado.  Si uno entra a la quincha con el novillo cerca de la misma, habrá un corto trayecto para empujarlo cuando el caballo detiene su movimiento lateral e inicia la inercia frontal para hacer la atajada.

2- Para correr orillado es indispensable que los jueces entiendan la virtud de la atajada técnica y que se exija pagarla. Hoy día hay ciertos corredores de renombre que consistentemente haces atajadas técnicas con puntos buenos, pero muchos de los menos conocido no reciben el beneficio de la duda aún cuando han cumplido con la reglamentación de “detener el movimiento progresivo del novillo”.  En gran parte, la manera que juzgan las atajadas determinará el esfuerzo que hace la collera en la búsqueda de marcar puntos. Atajando técnicamente es conocido como algo que da una vida más longeva para los caballos corraleros, lo cual lógicamente todos deben querer.

3- Un factor muy importante es cambiar la forma de la quincha para que sea paralela a la pared con una altura que no sea tan fácil recostar el novillo arriba. Esto sería una superficie mucho más estable para el novillo, donde simplemente se oprimiría tableándolo contra una quincha que podría ser más acolchonada aún, sin voltearlo.

4- El otro punto a considerar es limitar las vueltas en la quincha a dos, de manera que los novillos no salgan tan gastados del apiñadero. Si bien la razón principal por la caída de los novillos en la quincha es la conformación de la misma, un segundo motivo que se acerca mucho a la causa  principal es que el novillo cansado muy fácilmente se rinde para caer al suelo. Por lo tanto novillos más enteros físicamente, serán novillos menos predispuestos a caer al suelo.

Si bien todas estas cosas pareciera que aventajan los novillos, tenemos que comprender que hacer estos cambios son esenciales si queremos cambiar la impresión equivocada que estamos dando al público de correr novillos muy desaventajados. Es cierto que correr orillado requerirá caballos con mejor arreglo para la postura. Es cierto que los jueces tendrán que cambiar drásticamente la mentalidad con la cual juzgan los corredores, tratándolos con más igualdad. Es cierto que la quincha con cara más vertical ayudará enormemente que la mayoría de los animales se detendrán estando de pie y por lo tanto se prestará para más “atajadas sin remate”. Por ultimo, el correr solo dos vueltas en el apiñadero dará menos probabilidad de marcar puntos en la primera carrera. Todas estas cosas van a resultar en un rodeo de menos puntajes en el periodo de transición. Sin embargo, no tengo duda que con el tiempo la destreza del Caballo Chileno y la astucia del huaso abordo sabrá adaptarse para marcar altos puntajes dentro de estas definiciones.

Pero quisiera que entendiéramos que contemplar estos cambios contribuye a dos cosas MUY positivas para el futuro del rodeo. Uno es que disminuimos en una enorme proporción las críticas de maltrato en nuestro deporte, mientras hacemos el rodeo más respetado en países que no tienen nuestra tradición. En segundo lugar estos cambios nos retan a ser mejores caballeristas, mejores arregladores, mejores jinetes y mejores lectores de ganado. Lo que está claro, es que estamos en una época del rodeo que permite aceptar este desafío porque cada día vemos nuevas generaciones de jinetes impresionantemente habilosos y generaciones de caballos de una maravillosa capacidad en la medialuna. Pareciera que ambos la genética humana, como la genética caballar, están dando pasos gigantescos dentro de nuestro deporte. Con una cultura y raza caballar de tanta excelencia no debemos subestimar nuestra capacidad de confrontar estos cambios que nos dan mucha más seguridad de proyectar el rodeo a generaciones futuras.

Además, les digo otra cosa. Estos cambios harán del rodeo un deporte más amigable con el público porque al no tener tantas caídas de los novillos, evitamos el uso de la picana eléctrica o palmeteada del hocico del novillo, prácticas benignas y comunes en el trabajo diario del campo, pero que nunca serán comprendidas por el espectador urbano.  Además hacemos el espectáculo más fluido sin las aburridas estancadas de acción mientras todo el mundo espera que el novillo se levante del suelo. Esto sin duda sería el cambio más impactante en la popularidad del rodeo desde que se cambio el piño por el toril. Es sumamente importante que el rodeo no solo sea entretenido para los participantes, ya que su vida depende de lo entretenido que sea para un público en las graderías o frente a los televisores.

 

No tengo duda que aún con la implementación de todos estos cambios sugeridos habrá animalistas que seguirán alegando que nuestro deporte es muy estresante y doloroso para los novillos. En mi previo artículo toqué los hechos que demuestran que la percepción de dolor difiere mucho entre las especies y que más que stress y dolor (que son partes normales de la vida) lo que nos debe concernir es el sufrimiento. Sufrimiento es algo que no se ha podido medir, pero se sabe que para que exista tiene que haber un estrés inaceptablemente prolongado o tan duradero que se considera crónico. Períodos cortos de estrés se denominan “estrés adaptable” y es una respuesta normal en todos los mamíferos. Este tipo de estrés de corta duración no lo debemos sobreproteger porque es parte de un “síndrome de adaptación” que es parte de las normales respuestas en la vida. 

 El estrés tanto como el miedo y el dolor son partes esenciales de los elementos de la sobrevivencia. De hecho, el miedo es una respuesta emocional a una amenaza percibida que es un poderoso motivador para evadir la amenaza. El miedo se registra en una parte más antigua del cerebro y totalmente distinto de donde se perciben los dolores. Por lo tanto, ante el miedo, esa emoción se prioriza más que los reflejos nociceptores (reflejos incontrolables ante un estimulo nocivo que se capta en la médula sin registrarse en el cerebro, antes de percibir la sensación emocional del dolor en el cerebro). Por lo tanto un animal huyendo por miedo a un potencial predador difícilmente puede percibir la emoción del dolor y mucho menos el sufrimiento, por la corta duración de las carreras que le salvaguardan la vida.

En realidad los novillos de rodeo tienen muchos parámetros fisiológicos que se asocian con el dolor porque estos mismos parámetros se asocian con el miedo y creo que es mucho más razonable pensar que ellos corren por miedo y no por dolor. Como todos sabemos las carreras en el rodeo son de tan solo 1,5 a 2,5 minutos de duración. Por lo tanto, aunque le cause un grado mínimo de estrés, no tiene la prolongación que requiere para considerarse un sufrimiento, si es que el bovino con un mucho menos desarrollo de la ínsula anterior y conexión directa al córtex singular anterior que tiene el Homo sapien es capaz de sentir algo parecido a esa emoción del humano siquiera. Cuando el corralero hace contacto con el novillo en la atajada estamos hablando de tres instantes que no llegan a 30 segundos de duración total, por lo tanto tampoco calificarían como una fuente de estrés que se pueda considerar sufrimiento.

La mayor parte del dolor que teóricamente podría sentir el novillo es “dolor somático” que se siente en la periferia del cuerpo, principalmente en la piel. Generalmente esto puede causar una “dolor no-funcional” ya que la reacción al estímulo no coincide con el grado del daño sostenido, incluyendo cuando daños notorios no son evidentes. Esto último es la realidad de la gran mayoría de los novillos atajados que salen ilesos. Incluso, como el dolor es una emoción sensorial que debiera afectar el comportamiento del animal  para huir o retraerse del estimulo, yo creo que merece consideración de cómo un novillo reacciona ante las atajadas. Si realmente fuera gravemente doloroso, la reacción predecible seria querer alejarse lo más rápido posible del estimulo. Entre más veces recibe un estimulo nocivo, más rápidamente debiera apartarse de la causa del estimulo. En tal caso, indicaría que en la segunda y tercera atajada el novillo tendría más razón de secretar adrenalina y huir con toda su capacidad. Esto no es lo que evidenciamos.

Yo quisiera proponer que el novillo hace su primera carrera la más fuerte por el factor del miedo que es más acentuado por la novedad de ser perseguido por la collera. A medida que hace la segunda y tercera carrera hay una clara adaptación a un arreo que ya ha mostrado no ser motivo de miedo. Más bien creo que el segundo factor que entra en consideración en las últimas carreras es el cansancio físico que disminuye la velocidad de su carrera que ya no tiene motivo de huir por no recibir contactos insoportables. Al no recibirlos, a la vez disminuye la sensación de miedo ya que tiene claro que los perseguidores no ponen su vida en peligro. Recordemos que la distancia que recorre un novillo en la medialuna es tan solo 150 a 200m que está plenamente dentro de la capacidad de la  carrera de los animales de presa cuando corren por su vida. Generalmente, son los animales predadores que tienen limitaciones de altas velocidades mas allá de cortas distancias y lo que salvaguarda los animales de presa es que ellos sostienen su velocidad mucho más lejos poniéndolos fuera del alcance de los predadores que lo persiguen.

Como conclusión, en defensa del novillo corralero quisiera proponer que en la gran mayoría de los casos, su trayectoria en la cancha es producto de un miedo inicial que luego se convierte en un simple arreo que entremedio soporta momentos cortos de contacto que pueden causar un dolor somático leve sin grandes consecuencias, porque la reacción de los novillos posterior al contacto inicial no corresponde a la respuesta ante un grave dolor. De hecho, unos trotan o incluso caminan en la tercera carrera.

Sospecho que lo que propongo no ha sido una conclusión que se ha hecho por muchos participantes del rodeo.  Sin embargo, debido a su experiencia con animales no ven este tema como algo alarmante para el bienestar de los novillos que son prestados o alquilados con fines de recibirlos de vuelta para continuar su vida normal en la engorda. Pero es muy difícil dar estas explicaciones a un público general, o una persona sin conocimientos que ve nuestro espectáculo por primera vez, o más aún muchos animalistas que erróneamente creen en una vida sin algún grado de estrés y dolor y pretenden medir todo lo que ven con la vara humana.

Es por esta razón que tenemos que hacer nuestro deporte más seductor para el neófito. De hecho estos cambios son una interesante consideración porque a la vez hacen nuestro deporte más entretenido para el espectador que quiere ver más continuidad de acción. En fin, la caída es lo que más nos perjudica y ésta es la única parte del rodeo donde los reglamentos no están planificando muy bien como evitarlo. Aconsejo que le demos seria consideración para lograr un espectáculo más técnico, que requiere de más arreglo de los caballos y más habilidades de parte del jinete que nos lleve a un más alto renglón deportivo. Irónicamente, mucho de lo que aquí detallo tiene similitudes con la forma que corrían los antecesores del rodeo moderno, solo que hoy día lo podemos llevar acabo con más protección para nuestros animales para así sumar más admiradores de nuestro deporte.

Hasta la próxima,

 

Randall