Epoca de Oro; aunque algo de chatarra queda

Escrito por Randall Ray Arms el . Publicado en Mis Artículos

Epoca de Oro; Aunque Algo de Chatarra Queda

 

 

 

 

Las fechas 31 de Marzo; 1 y 2 de Abril de 2006, quedarán grabadas en mi mente por el resto de mi vida. Pocas veces he sentido el entusiasmo que viví en el Campeonato Nacional que tuvimos la honra de presenciar este año en Rancagua. Desde antes del Rodeo yo veía venir con mucho entusiasmo las confrontaciones de colleras muy buenas que resaltaron a través de la temporada y los clasificatorios. Cuando llegó el momento de comenzar el Champion de Chile, empezó a desarrollarse un espectáculo donde cada serie mostraba una competencia de creciente nivel. El domingo culminó con una Serie de Campeones que realmente quedará grabada en mi mente para siempre. Dudo mucho que jamás en mi vida veré un rodeo igual.

Ya puedo morir tranquilo sabiendo que he visto lo mejor en Rodeo Chileno!  La prensa dio mucha atención a los 48 puntos record de los hermanos Hernández. Indudablemente Claudio y Rufino tuvieron la actuación más sobresaliente del rodeo y por qué no decirlo, en la historia del Rodeo Chileno. Pero el Champion no fue sobresaliente sólo por este hecho. Si bien la serie de Campeones se ganó con 48 puntos, la Serie Mixta de Criadores con 38 puntos, la Serie de Caballos con 28, la Serie de Yeguas con 27, la Serie de Potros con 36, la Primera Serie Libre A con 38, la Primera Serie Libre B con 38, la Segunda Serie Libre A con 30 puntos, y la Segunda Serie Libre B con 34 puntos.  El total de los puntos ganadores de todas las series fue de 269 puntos, lo cual da un promedio de 33.6 puntos! Alguien me va tener que ayudar aquí, pero tengo que pensar que hay un record nacional en esta cifra. Si miramos los promedios de todas las colleras que clasificaron para cada serie, cinco de las ocho series promediaron sobre 30 puntos. Si tomamos la molestia de sumar los puntos (de los primeros cuatro novillos sin tomar en cuenta los desempates) de todas las colleras que clasificaron para la Serie de Campeones, creo que encontraremos que los 905 puntos totales de las 30 colleras promedian 30.1 puntos cada una, y esto debe ser otro record nacional. Solo una serie fue dominada ampliamente por una collera con 10 puntos de diferencia con los del segundo lugar. Las otras siete colleras tuvieron un promedio de diferencia entre el primer y segundo puesto de tan solo 3 puntos.

Esta competitividad hizo el espectáculo enormemente entretenido para los espectadores, ya que casi todas las series fueron peleadas, causando unas preliminares de gran expectativa.  El domingo no será olvidado por ningún fanático del Rodeo Chileno debido a los 48 puntos de los ganadores. No obstante hay que destacar que los primeros seis caballos totalizaron 223 puntos, lo cual da un promedio de 37 puntos por collera!! En un año normal cualquiera de estas colleras podría haber sido coronado Campeón de Chile. Estoy empezado a nombrar parte de las razones del por qué todos nos fuimos a casa tan contentos después del Champion de Chile de 2006. Pero hay más. A fin de cuenta presenciar una carrera perfecta es una gracia que uno espera ver una o posiblemente dos o tres veces durante los tres días de rodeo. La dificultad de lograr esto es entendida por todos y por ende cuando llegan esos privilegiados momentos se reciben de pie con aplausos de euforia. Como será lo sobresaliente del Campeonato Nacional que acabamos de ver que presenciamos: 1) una serie con dos carreras perfectas por una sola collera, 2) una collera con tres carreras perfectas a través de los tres días de rodeo, 3) otras dos colleras con un total de dos carreras perfectas y 4) dos series clasificatorias tuvieron 3 carreras perfectas, 5) la Serie de Campeones tuvo cinco carreras perfectas (algo insólito) y 6) un total de 15 carreras perfectas en todo el Champion, para hacer de este rodeo algo inolvidable.

Ojalá la Federación de Rodeo lleve todas estas cifras como parte de su estadística, porque el Champion de 2006 nos dará una pauta para poder comparar todos los rodeos que están por venir.  Bueno, podría seguir hablando de todas las razones por qué el Champion de 2006 me ha impactado tanto, pero la mayoría de las razones las vieron ustedes también, por ende, no hace falta decirlo. Pero si entro en algunos de estos detalles es por dos razones. Una, es que hasta ahora he visto una prensa que ha alabado principalmente a los ganadores y aunque eso está mas que merecido, creo que peligramos “no ver el bosque por los árboles” si solo damos el reconocimiento a ellos. Hay algunos logros en el deporte que se hacen por iniciativa propia, y hay otros que son producto de una gran competitividad. El Champion de 2006 fue producto de lo último ya que el nivel del rodeo fue altísimo y son muchas las colleras que se merecen un reconocimiento por su contribución a los resultados finales. Colleras como Matzner y Gutiérrez, González y González, Vial y Vergara, Ortega y Ortega, “las maquinitas” Loayza y Tamayo, en fin muchos más que se me haría largo mencionar. Pero no puedo dejar de comentar de un jinete en particular. Qué espectador no se fue a casa comentando las múltiples salvadas que hizo Joselo Astaburuaga para convertir unos potenciales dos menos, en tres o cuatro puntos a su favor. Que maestría mostró!! Esas cosas no ganan una camioneta, pero yo las celebro y le agradezco a Joselo por permitirnos ver tan sobresaliente calidad ecuestre. No todo logro es producto de cifras solamente. Hay intereses humanos que también salen a flote y le dan un carácter mucho más personal a todo deporte. A qué fanático del rodeo no se le hizo un nudo en la garganta cuando nombraron a Ricardo y Felipe González tercer Champion de Chile!! Qué huaso que es padre no soñaría con verse en esa posición que no solo premia los resultados, pero que también lo hace al estar al lado de un hijo! No deben ser muchas las veces que una collera de corredores entra al cuarto novillo con dos colleras de caballos; pero tuvimos la honra de ver DOS que hicieron exactamente eso.

Personalmente hice barra al Estancado y Platanito en todas las series que participaron y finalmente respiré tranquilo cuando en la última serie clasificatoria fueron meritorios para competir en la Serie de Campeones. A pesar de lo difícil de la boca del Estancado, vimos la magia de Mario Matzner a lo largo del rodeo y ese logro de ser segundo campeón es algo que también transciende el puntaje. La cuenta final no relata lo difícil que es lograrlo con ejemplares que no son del todo cooperadores. Así que espero que todos los jinetes del Champion de 2006 se sientan orgullosos por lo que entregaron a Chile esos días memorables. La mayoría se fue con las manos vacías, pero el público se fue con los corazones llenos. Todos los corraleros tienen una parte del mérito por mostrar el nivel tan alto que reinaba en la medialuna de Rancagua.  

La otra razón por qué toco este tema, es porque quiero que ustedes estén bien seguros de mi apreciación del rodeo. Desde que Dr. Manuel Valenzuela me invitó a ver el primer Champion, quedé fascinado con este deporte y sueño eternamente algún día tener la posibilidad de practicarlo aunque sea por la finalidad de apreciarlo más desde la perspectiva de quien esta en la montura. Todos los años, llueva o truene, espero estar en Rancagua para ver un poco más de historia revelarse ante mis ojos mientras mi corazón se acelera con el entusiasmo de ver tan preciosos y atléticos caballos de vaquería. Pero siento que también le debo a este deporte cualquier comentario que puede llevarlo a ser un espectáculo de mayor calidad. Sobre este tema quisiera hacer unas observaciones ya que no todo el mundo que se sienta en la gradería, o ve la televisión o recibe un DVD que muestra lo mejor del Rodeo Chileno, son personas que vienen de la cultura huasa.  Tenemos que admitir que los que estamos vinculados a este deporte nos desensibilizamos de ciertos aspectos que son chocantes para los espectadores novatos de Chile y el extranjero. Si queremos que todo lo bueno del Rodeo Chileno se reconozca y aprecie, tenemos que ir puliendo el espectáculo para que el mismo no sea una demostración de aspectos sentimentalmente repugnantes a quien trata de evaluarlo por primera vez. Hay varios aspectos del Rodeo que creo que van en detrimento de lo mucho de bueno que en él se exhibe. La mayoría de estas cosas se relacionan a la forma en que se trata a los animales. Como espectadores de deportes, los humanos tenemos una cierta apetencia por la violencia. El “football” americano, el boxeo, el jockey sobre hielo, el rugby, las artes marciales, todos son ejemplos donde vemos una buena dosis de violencia con un instinto animalístico que posiblemente debiéramos cuestionar más en nuestra sociedad. Pero si lo permitimos, es porque todos estos deportes también tienen muestras de valentía, atletismo, técnica y atrevimiento ante los grandes riesgos que se corren. Si bien es más aceptado que los humanos decidan por sí mismos si quieren exponerse a abusos y peligros, al espectador le es más difícil aceptar que por nuestra voluntad unilateral expongamos a los animales a un maltrato.  Esto conlleva a grandes discusiones sobre espectáculos como el toreo; donde el animal recibe un castigo y eventual muerte a cambio de que el espectador pueda apreciar la valentía de ambos, el torero y el toro. Aunque soy fanático del rejoneo, no quiero entrar en esta discusión más allá de decir que en el toreo el castigo del animal (y el inminente peligro del torero) es una parte clave de la definición de este deporte. Por lo tanto quisiera diferenciar esto con el Rodeo Chileno, donde el propósito principal es mostrar la destreza y valentía del Caballo Chileno. 

Cuando el rodeo cambió de ser una labor en el campo, a un deporte; a través de la historia se han hecho cambios para que este espectáculo sea mas palatable al público y más justo y menos arriesgado para los animales. La línea de postura se formó para asegurar que los caballos no pudieran coger vuelo antes de la atajada y así evitar choques que serían mucho más traumáticos. Se eliminaron las atajadas de un punto porque atajando cerca del cuello exponía a jinete y caballo a accidentes con los cuernos. La quincha cambió de diseño para que las atajadas fueran sobre una superficie acolchada que amortiguara el estrellón del novillo contra la pared. En fin, a buena conciencia, el deporte del Rodeo ha hecho un sin número de cambios con el afán de ser más justo con los animales y menos impactante para los espectadores. Pero creo que nos falta.  Con muy raras excepciones, creo que podemos defender la causa del rodeo en lo que a atajada se refiere. Podríamos entrar en el debate si hay razón de correr orillado o encanchado para tener impactos menos o más contundentes, pero como conclusión final creo que podemos decir que la gran mayoría de los bovinos soportan las tres atajadas en una quincha acolchada sin grandes riesgos. Desgraciadamente mucho de los dolores, aturdimientos y descoordinaciones que vemos en la cancha no tienen nada que ver con las atajadas. Más bien éstos son productos de los golpes brutales que se dan los novillos en las esquinas del apiñadero. Es significativa la cantidad de novillos que al ser arreados hasta el final del apiñadero, en vez de encontrar una vuelta se topan con una esquina sin salida y sufren un choque frontal de consideración. Muchos de estos bovinos terminan tambaleando por el trauma de este impacto y otro tanto sale a correr frente el público con las narices ensangrentadas después de estrellarse en la sólida pared perimetral que forma parte de la esquina del apiñadero. La altura de las puertas todavía permite la consideración de intentar saltarla y más aún cuando se le lleva a pleno galope a tan solo metros de ella. Más de un novillo se ha herido al engancharse una pierna sobre la puerta de salida, o al caer mal cuando aterriza en el suelo. Lo triste de esta realidad es que creo que la gran mayoría de los problemas en el apiñadero se evitarían sin tan solo se reglamentara que el arreo únicamente se pudiera  hacer hasta un punto determinado en el apiñadero. Esto permitiría que el novillo sofrenara ante la realidad de un final macizo y estrecho; y contemplara la opción de dar la vuelta en las dos extremidades del apiñadero. De hecho he notado que hay unas cuantas colleras que como norma son conscientes en disminuir su arreo antes de llegar a la esquina y es notable la diferencia en la reacción de sus novillos. Nada es 100% efectivo, pero sí creo que la generalidad de los abusos de los novillos en las esquinas de los apiñaderos se podría evitar con tan solo estipular un castigo de puntos por arrear mas allá de una línea que permita al novillo disminuir su velocidad. Después de todo, se supone que la idea de las vueltas en el apiñadero es cansar un poco el novillo antes de salir a la cancha. No obstante, para muchos competidores le resulta interesante la idea de debilitarlo lo más posible con choques bestiales motivados a propósito por un arreo a lo más profundo de la esquina.  Lo irónico es que a veces esto es incluso contraproducente para los jinetes, porque entonces lidian en la cancha con un novillo que es menos predecible, mas débil (al punto de caerse o entrar a la quincha caminando), o incluso optar por reacciones que arriesgan tijeras. Si la ley es pareja para todos y ayudamos a no maltratar los novillos, habrán más razones para que un público principiante se entusiasme con este deporte, creo que todos ganan. La otra cara de la moneda en cuanto a abuso animal, es el maltrato que recibe el caballo. Creo que comprendo y aprecio lo difícil que es este deporte para jinete y caballo, aun cuando sólo lo conozco como espectador. No obstante soy un jinete de experiencia que entiende bien lo duro que es lograr coordinar los movimientos de los caballos con todas las variables que hay en una corrida de un novillo. Este hecho es un arma de doble filo porque por un lado demuestra la gran maestría del huaso chileno en lograr algo no visto en otro deporte vaquero en el mundo. Cualquier caballerista de experiencia puede observar los objetivos de las colleras en el rodeo Chileno y tener un gran respeto por lo que se trata de lograr con la cuarteta de dos jinetes y dos equinos. Pero por otro lado, es que si bien la tarea es compleja y el lograrlo es cosa apreciable, también el no lograrlo es motivo de gran frustración. Desgraciadamente, muchas veces nos desquitamos con los caballos de nuestros fracasos; mientras que ellos hacen lo mejor que pueden para complacernos.  Se que un observador que no ha montado a caballo no entenderá estos sentimientos que han pasado por la mente y la acción de casi todo jinete en alguna etapa de su aprendizaje y experiencia. Pero no deja de ser un perjuicio al deporte si dejamos sin sancionar estas acciones de pobre comportamiento caballerista; porque en efecto, el mensaje que esto transmite al público es que apoyamos estos tipos de abusos.  

Antes del Champion de Chile y durante el mismo, hubo varios ejemplos de caballos que dieron lo máximo de sí en hacer atajadas con tanto furor que después del choque rebotaron para atrás y cayeron con jinete al suelo. Estos actos de valentía y fidelidad ante la petición del jinete se premiaron con puñetazos, patadas o serias picadas de espuela que se propinaron tan tardíamente después de los hechos, que el caballo no tenía idea de que se trataba. Bueno, quizás esto ha sido el mejor de los males, porque si al caballo se le diera un castigo abusivo inmediatamente después de la acción que el jinete erróneamente juzga como mala, más confuso quedaría el ejemplar por ser castigado por su esfuerzo.  En otros casos donde simplemente los caballos fueron demasiado agresivos con el novillo, o no buscaron la postura deseada, hubo jinetes que abiertamente, a ojo de todo público, castigaron su ejemplar con múltiples agresivos espuelazos. Recuerdo un caso puntual donde el jinete se frustró con su caballo después de la primera atajada. Castigó fuerte a su caballo con espuelazos todo el trayecto hasta la quincha de la mano de atrás. Nuevamente lo castigó en el más lento recorrido a la última atajada. El colmo fue que castigó a su compañero equino por toda la orilla de la media luna cuando caminaba al novillo para sacarlo de la medialuna. Está bien que cualquiera pueda perder la paciencia en un momento dado y meta uno o dos espuelazos de frustración. Puedo ser comprensivo de eso, aunque creo que todo caballerista estaría de acuerdo que idealmente debiéramos controlarnos más. Pero cuando recuerdo la demostración de este hecho en particular todavía me calienta la sangre, y más aún sabiendo que las autoridades estaban presenciando lo mismo, sin mandar al capataz a expulsar a ese individuo del rodeo. Si no hay sanciones por estos comportamientos que dañan la calidad del espectáculo, entonces simplemente van a seguir ocurriendo. 

Es irónico tocar este tema porque si hay una cosa que el Rodeo Chileno ha sabido hacer bien es establecer un orden y respeto en sus participantes. La reglamentación dictatorial sobre comportamiento de los corraleros es algo digno de felicitar. De hecho es tan estricta que este año en una clasificatoria, una reacción de  desacuerdo con los jueces fue motivo de una suspensión por tres rodeos. Aunque a muchos esto le puede parecer drástico, creo que el orden que vemos en los Rodeos Chilenos es producto de la severidad de los castigos que “cortan la maleza de raíz”. Pero si hay una ironía en esto, es que los reglamentos se imponen para faltas de respeto ante las autoridades; en cambio hay tanta evidencia de abusos físicos al protagonista principal del rodeo - el Caballo Chileno - y para esto se hace la vista gorda.  Con todo respeto quisiera emitir mi opinión para que los lectores consideren seriamente qué es lo que podemos hacer para mejorar la calidad del espectáculo del Rodeo Chileno. La gran mayoría de la gente que va a ver esta clase de deporte es porque siente algo especial por los caballos. Su experiencia con ellos puede ser mucha o poca y esto en parte limita la comprensión de los grandes logros de las increíbles actuaciones en el rodeo, pero TODO espectador comprende bien el abuso hacia un caballo cuando lo ve. Los casos como los ante mencionados son muy evidentes porque toda la mira del público de la medialuna está en la collera del momento y acciones vigorosas en contra del caballo son claramente notables. Otros castigos son más sutiles y sólo se ven con el pasar del tiempo cuando empiezan a aparecer hinchazones en los costillares de los caballos, o peor aún, muestras de sangre por efecto de las espuelas. Recuerdo un Champion pasado donde esto ocurrió a un caballo tordillo y la parte roja ensangrentada sobre una capa de pelo blanco era un contraste llamativo observado por todo el público presente. En la mayoría de las competencias de rienda algún ejemplar termina con saliva rojiza y también ha habido casos más agudos de caballos que chorrearon sangre de la boca al descansar en la orilla del apiñadero después de terminar su prueba. Irónicamente estos son los ejemplares que deben estar mostrando el mayor grado de adiestramiento, con una base que enfatiza las buenas bocas. Me parece que se debe reevaluar el hecho que ejemplares en la rienda se puedan eliminar por colear excesivamente, pero que en el rodeo pueden hacerlo a menudo. O la medida es buena o es mala, y hay que recordar que en Chile la rienda chilena siempre ha sido el preámbulo de la buena preparación para el rodeo. Yendo más allá, es de sopesar que un caballo pueda eliminarse por sacudir la cola; en cambio el jinete no se elimina cuando su ejemplar termina sangrando de la boca o la costilla.  Esos abusos, con el tiempo pueden ser causa que el caballo se rebele y termine por dar la cola. De hecho en las competencias de Doma Vaquera en España, cualquier caballo con muestras de sangre en la boca o en el costillar, es eliminado automáticamente. En fin, me parece que el Caballo Chileno tiene mucho de perder si no velamos lo suficiente por él. Es irónico que los jinetes solo se sancionan por mostrar una falta de respeto a sus colegas humanos, sin importar las faltas de respeto que tienen por su fiel compañero bajo de la montura.  No quiero alargar esto mucho, ya que sobran ejemplos de falta de conciencia hacia los animales.  No tengo ningún problema con la atajada de novillos y creo que el propósito del Rodeo Chileno no tiene por qué incluir abuso de animales como parte de la fórmula. Creo que las reglas pueden definir esto claramente para que no suceda. Es importante que entendamos que aunque el reglamento tiene un motivo práctico de proteger nuestro deporte ante la opinión pública, también debiera promover actos nobles hacia los animales que forman parte de la vida que amamos. Más allá de todo eso, debiera motivarnos a ser mejores jinetes ya que tendremos que buscar la forma de influenciar la actuación de nuestros caballos con paciencia, consistencia y sensitividad.  Este tema ha estado dando vueltas en mi mente hace años. Tengo que admitir que me he refrenado de comentarlo porque sé que es fácil juzgar las cosas desde la tribuna. Como no participo en rodeo, siento que posiblemente hay otros que son más respetados en este deporte que debieran esbozar estas opiniones. Pero aprovecho el entusiasmo que me ha dado la tremenda calidad del Champion de 2006.

Quiero felicitar a todos los participantes por su contribución a darnos un Champion tan fidedigno del significado de esa palabra. Pero también quisiera expresar mis sugerencias de cómo las muestras de excelencia que se ven en el rodeo Chileno no queden parcialmente tapadas por la sombra de aspectos negativos que en gran parte tienen solución en una más explicita reglamentación. Si hay algo que caracteriza al rodeo es su capacidad de implementar reglas con autoridad. Nunca he visto que un huaso se aleje de ser el gran caballero que con tanta honra representa nuestro país. Si las reglas pueden motivar esa misma consideración con los animales, creo que claramente la popularidad de este deporte aumentará dentro y afuera de Chile.  El Champion de Chile de 2006 sin duda nos hizo sentir que estamos en la Era de Oro del Rodeo Chileno, pero no hay que cegarnos a no reconocer que todavía nos queda algo de chatarra que tenemos que sacar del escenario para que el oro brille con todo su esplendor. 

Hasta la Próxima Randall Ray Arms    randall@ChileanHorse.com