Hay un Malvado en sus Potreros

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Hay un Malvado en sus Potreros

Por

Randall Ray Arms, PAS  

Todo productor le agrada salir a sus potreros y ver lindas praderas verdes y suculentas que inspiran una excelente nutrición. Hay quienes se esmeran tener praderas así todo el año en lugares con una precipitación abundante o con el aporte de un sistema de riego que asegura una humedad optima. También hay quienes se esmeran en hacer muestreos de suelo para conocer los niveles de minerales esenciales para los pastos y aportan lo que esté deficiente en programas sofisticados de fertilización. Aún el productor sin recursos para analizar y fertilizar reconoce que hay épocas del año cuando los pastos sobresalen por tener condiciones ambientales ideales. 

La rusticidad del Caballo Chileno es conocida y todos sabemos de ejemplos de potreros descuidados llenos de malezas y con claros síntomas de deficiencias elementales donde Caballos Chilenos permanecen gordos. Viajando por la norte/sur uno ve diversos ejemplos de caballos que viven en la cama de los ríos caminando sobre una rocosa topografía entre franjas de arena y ripio donde penetra una baja densidad de vegetación comestible.  Aún en ese entorno, hay caballos que mantienen su peso. Esta característica de nuestra raza nacional ha sido muy valorizada a través de los años ya que el Caballo Chileno ha mostrado ser una raza que requiere de muy poca suplementación.

Los arrieros que vaqueaban animales por largas horas durante el día en los altiplanos se beneficiaban de un compañero de trabajo que podría obtener sus necesidades nutritivas durante las escasas horas nocturnas. Los soldados de antaño admiraban el aguante del Caballo Chileno que se trasladaba largas distancias para luego combatir intensamente mientras subsistía con la vegetación que estuviese disponible en el momento. De hecho, los caballos que participaron en la Guerra del Pacifico pelearon en condiciones desérticas para reponerse en unos cuantos metros de flora verde que crecía adyacente a las quebradas que bajaban de los Andes cada 30-50 Km. de distancia entre si. Estas solo son algunas de las circunstancias por lo cual quisimos equinos sufridos capaces de soportar eventos y/o condiciones difíciles.

Sin embargo, con las ventajas que trae un bajo metabolismo basal, que permite que los requisitos básicos del caballo se satisfagan con menos calorías, también hay que reconocer las dificultades que le causa una sobre-nutrición. Los equinos que pueden mantener sus reservas corporales con dietas pobres son capaces de sacar más provecho de la comida porque: 1) sus necesidades básicas son menores y 2) porque tienen un mejor coeficiente de digestibilidad de lo que consumen.  No obstante, lo que tanto le ayuda sobrevivir en condiciones marginales, lo hace más susceptible a problemas metabólicos cuando se enfrentan a una dieta de muy alta calidad.

Cuando las temperaturas nocturnas bajan de 5º C los pastos tienen elevados niveles de carbohidratos solubles en etanol y almidones (ambos juntos se identifican como carbohidratos no estructurados) que al digerirse por el caballo se convierten en glucosa.  Cuando en la sangre del caballo circula un elevado nivel de glucosa hay un alto riesgo que el páncreas responda en producir niveles de insulina que son capaces de causar laminitis, o como también comúnmente se denomina, la “infosura”. 

Si se han relacionado con Caballos Chilenos por mucho tiempo, es probable que hayan visto casos de infosura porque nuestra raza nacional tiene una predisposición a ella. Básicamente lo reconocerán porque los caballos andarán muy sentidos en las manos (“como pisando huevos”) o a veces las cuatro patas.  Tratan de pisar en el talón de los cascos y como el caballo tiene 70% de su peso en los anteriores, generalmente estos ejemplares tratarán de poner la mayor cantidad de su peso en las patas. Pueden evidenciar síntomas leves o dolores tan severos que no les permite levantarse. En la fase aguda, las extremidades afectadas tienen pulsos digitales y los cascos se sienten calientes. Al pasar la escofina por la suela del casco puede haber evidencia de hemorragia dentro del casco. Al palpar la banda coronaria en el frente del casco puede sentirse hundida.  

Cuando el problema se vuelve crónico, con el pasar del tiempo, se notará unos claros aros alrededor del casco que curvean hacia abajo en los talones donde el caballo trata de sostener su peso. Al usar una pinza de cascos para detectar donde está el dolor más agudo, el mismo se notará frente la punta de la ranilla.  Esto es debido a que el tercer falange, que está ubicado dentro del casco, inclina su punta abajo o a veces la totalidad del tercer falange se hunde más cerca de la suela protectora.  Es importante entender que este es un problema irreversible y que aunque sea tratado a tiempo, el problema puede detenerse, pero el daño hecho nunca será reparado.  Por lo general, un caballo con este problema paulatinamente irá empeorando, acortando su vida hasta que eventualmente la eutanasia puede ser la alternativa más consciente. 

Nada de lo que he descrito es alentador. Un caballo con infosura difícilmente servirá para montura y también compromete a una yegua de cría en los últimos meses de gestación cuando carga más peso. Hay herrajes y operaciones en el casco que pueden aliviar el dolor y en algunos instantes alargar la vida útil del ejemplar afectado, como también es cierto que hay muchos casos agudos que no tienen vuelta y obligan pensar en sacrificar el caballo antes de seguir viéndolo soportando tanto dolor.

Hay muchas causas de la infosura, como lo son el galopar en carreteras pavimentadas, retención de placenta o una engullida accidental de granos. Sin embargo en lo que a este artículo trata, quisiéramos saber que son posibles causas en un animal a potrero. Básicamente, hay problemas relacionados específicamente al contenido nutricional de la dieta.  Como el culpable de la alta insulina en el caballo son aquellos componentes ingeridos que se convierten en glucosa, hay que estar muy atentos a la etapa de crecimiento, el estrés de sequía y el efecto del medio ambiente sobre el forraje.

Las plantas inmaduras que crecen con mucho vigor suelen ser altos en los elementos que son fácilmente convertidos en glucosa por los equinos. Lo mismo podría causar una planta que tiene un fugaz crecimiento debido a una fuerte fertilización. Otra condición que se presta para este fin temido, es cuando ha habido una sequía y luego caen las primeras lluvias que inmediatamente estimulan un crecimiento compensatorio en las plantas. Como pueden ver las circunstancias que suelen incrementar el riesgo de los precursores de la laminitis son aquellas que están más presentes en praderas bien cuidadas. Variedades de forrajes mejorados, praderas chapeadas para tener un pasto más inmaduro y nutritivo, o pastizales que han sido abonados para maximizar el rendimiento y calidad de los mismos, todos suelen ser problemas considerables para un Caballo Chileno que fácilmente tendrá un incremento de insulina al comer estos forrajes.

También hay que tomar en cuenta otros factores que podrán incidir en un caballo que está a pastoreo libre. Sabemos que el estrés también tiene un mecanismo por el cual produce hormonas (cortisol y epinefrina) que gatillan la liberación de glicógeno de las reservas corporales en el hígado y los músculos. Opino que es difícil que el estrés solo sea causa de suficiente conversión de glicógeno en glucosa sanguínea para dar niveles preocupantes de insulina. Sin embargo, hay que tomarlo en cuenta porque SI puede ser un factor aditivo ante circunstancias que ya están elevando los niveles de insulina por una dieta alta en carbohidratos no estructurados. Este efecto aditivo es más importante aún en ciertas épocas del año que aumentan los niveles de los estimulantes de las glándulas adrenales que producen las hormonas del estrés en todos los caballos.  En el Hemisferio Norte esta época del año es entre Agosto y Octubre, lo cual debiera corresponder a los meses entre Febrero y Mayo en nuestro Hemisferio Sur.

Además de todas las preocupaciones endocrinales que hay por tener niveles muy altos de carbohidratos no estructurales, también existe el peligro causado por un componente indigestible del mismo, conocido como fructano. El fructano es convertido en acido láctico por la flora microbial lo cual crea un ambiente digestivo más acido que mata la flora saprofitica (bacterias buenas). En consecuencia el efecto colateral de la alza de este componente en la dieta es la entrada de enterotoxinas en el sistema digestivo, las cuales por una serie de cadenas metabólicas también pueden causar laminitis. Es una razón más de tener precaución de disminuir los niveles excesivos de carbohidratos no estructurados

Creo que podemos concluir que el clima benigno de Chile nos ofrece muchos variables que pueden incidir en niveles preocupantes de insulina que tienen el potencial de causar la “infosura” o “laminitis” en nuestros caballos. Déjame resumirlos para que recalque las condiciones que pueden incidir en esta macabra enfermedad metabólica: 

  • 1-   De Febrero a Marzo niveles de insulina en todos los caballos de Chile estarán más altos.
  • 2-   Después de la sequía veranal en tierras de rulo el crecimiento vegetativo que estimula las primeras lluvias también incrementaran los niveles de insulina en los caballos.
  • 3-   Durante la primavera la mayoría de nuestros pastos chilenos tendrán un auge de crecimiento por el aumento en la precipitación y la temperatura ambiental.  Esto subirá los niveles de      
  •       carbohidratos no estructurados que en consecuencia incrementará la insulina en los caballos que lo comen.
  • 4-   Durante la primavera cuando se práctica mucha fertilización, se está estimulando crecimiento vigoroso en las praderas que podrán elevar los niveles de insulina en los equinos que lo pastorean.
  • 5-   En verano, ciertas partes del país pueden sufrir de un estrés por temperaturas ambientales excesivamente altas, las cuales se agravan con la participación en pruebas funcionales vigorosas que
  •       también son estresantes. Tomen nota que caballos funcionales generalmente están recibiendo henos de alta calidad que probablemente son altos en carbohidratos no estructurales y por ende
  •       promotores de niveles altos de insulina.
  • 6-   En el otoño también es común fertilizar los pastizales y los granos forrajeros creando otra fuente nutritiva capaz de incrementar los niveles de insulina en los caballos.
  • 7-   Al entrar en pleno otoño y gran parte del invierno hay temperaturas nocturnas que bajan de 5º C lo cual sube los niveles de carbohidrato no estructural en las plantas y en consecuencia ponen
  •      los caballos en riesgo por crear niveles más altos de insulina. En las zonas costinas y en latitudes mas al norte donde no hay una latencia invernal marcada y los pastos permanecen verdes durante
  •      todo el invierno, el peligro es mayor aún.
  • 8-  En otoños e inviernos de alta precipitación (como el de este año) hay un factor estresante al bajar de la zona de confortabilidad del caballo por el factor de enfriamiento causado por lluvia y
  •      viento. Si los caballos han estado a la intemperie antes de entrar en esta temporada del año, probablemente se han ido adaptando paulatinamente a las condiciones. No obstante,  no sería buena
  •      idea de hacer cambios bruscos en caballos estabulados que repentinamente permanecen afuera. 

Frente a estas realidades, ¿Que se puede hacer en la crianza del Caballo Chileno en la zona central de nuestro país donde se efectúa la gran mayoría de la producción nacional? Una alternativa es no esmerarnos por tener pastos excesivamente nutritivos. Los antiguos criadores enfatizaron la rusticidad en la selección del Caballo Chileno y lo ponían a prueba todos los años criando los caballos en condiciones precarias. Incluso muchos optaban por sacar los caballos de las praderas en la época de invierno y tirar los

animales a los cerros con árboles, arbustos, malezas y limitadas cantidades de pastos nativos. Es muy fácil criticar estas medidas como anticuarias, pero visitando criaderos con cuidados impecables de sus praderas donde se observa hasta 30% de sus yeguas con alguna evidencia de laminitis, trae a mente el refrán que “mas sabe el diablo por viejo que por diablo!"

Entendiendo bien el problema pueda dar paso a otros tipos de manejo que permiten tener los objetivos de rusticidad y las ventajas de la tecnología. 

  • 1-  Una cosa que nos indica es que convienen manejar las praderas en un estado más maduro, donde su valor nutritivo no es tan exquisito. 
  • 2-  El evitar llegar a sobre-pastorear también ayuda evitar plantas con altos niveles de carbohidratos no estructurados si fuesen a rotar animales a esa pradera con muy pocos días de descanso.
  • 3-  Si se ven obligados a sobre-pastorear es importante dejar que las plantas se recuperen a un estado más maduro antes de volver a usar el potrero.
  • 4-  Aunque las leguminosas son una alternativa eficaz para restringir la fertilización de nitrógeno, es bueno limitar su incorporación a no más de 20-30% de la pradera. 
  • 5-  Igualmente esperar que las gramíneas maduren, probablemente va asegurar que las leguminosas floreen y semillen. Esto ayudará que los animales propaguen y extiendan la longevidad de las
  •      mismas en la pradera.
  • 6-  Si van a tener praderas en su máxima expresión nutritiva tienen que pensar en limitar las horas de pastoreo. Generalmente esto significa manteniendo los animales en pesebreras parte del día
  •      donde se le debe dar un heno con bajos niveles de carbohidratos no estructurados. En algunas zonas donde el puma es un peligro latente esto es una medida que también disminuye el riesgo de
  •      mortalidades o mortandades a consecuencia de este protegido felino. No obstante, sin duda es una alternativa que incrementa los costos de producción ya que implica mas manejo, cama, forraje
  •      cosechado, agua e implementos.
  • 7-  De tener que usar praderas mas nutritivas 24 horas al día, es bueno saber que hay menos riesgo (no dije NINGÚN riesgo) usándolas con caballos en una etapa más exigente de nutrientes. Esto
  •      seria yeguas en el último tercio de gestación, yeguas lactantes, potrillos destetados y añeros. Hasta hace poco hubiera incluido los dos añeros también, pero  recientemente tuve una potranca de
  •      dos años que sufrió de laminitis al dejarla en un excelente potrero día y noche.
  • 8-  Como último consejo, tome más precaución con aquellos animales con muestras de Síntoma Metabólico o la Enfermedad Cushing. Estos ejemplares tendrán una tendencia a engordar fácilmente
  •     con depósitos de grasa en la base del cuello y la base de la cola. Si tiene una potranca o una yegua que se parece mas a un potro, hay que tener mucho cuidado. También asegure que los potros
  •     adultos tengan suficiente ejercicio, ya que de no hacerlo, probablemente la dieta excederá los nutrientes que requiere y promoverá una alza de insulina que dará una oportunidad a caer victima de
  •     la laminitis.

Como pueden ver amigos, no hay una solución fácil y menos una solución para todas las diversas formas que se puede criar un Caballo Chileno. Hay que entender que el potrero puede ser nuestro mejor aliado para criar caballos más económicamente y así darnos más esperanza de evitar perdidas o en ocasiones incluso tener una operación rentable. Al mismo tiempo, hay que tener claro que dentro de su pradera hay un “malvado” escondido esperando hacerle daño.  Conviene saber identificarlo, saber cuales son los riesgos y que son las medidas para evitar que este imperdonable mal aplaste los sueños de gloria que depositamos en cada animal que poseemos.

Hasta la Próxima

Randall

29/09/2014

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randall@ChileanHorse.com