La Rienda, Salón de Baile o Campo de Batalla?

Escrito por Randall Ray Arms el . Publicado en Rienda

 

Rienda..Salón de Baile o Campo de Batalla?

 


 

 

Pensando cómo puedo ayudar Chile crear la mentalidad apropiada para tornar este país en una potencia mundial en la disciplina ecuestre denominada “Reining” (oficialmente se usó este término en las Mundiales de Jerez, España para describir la Rienda Americana), creo que lo primero que hay que hacer es aclarar la diferencia que tiene la misma, con la Rienda Chilena.  Por supuesto esto asume que tenemos un caballo dotado para esta disciplina y que entrenándolos para competir eficientemente podrá ir de tú-a-tú con cualquier raza vaquera del mundo. También esto asume que tenemos grandes jinetes en este país, y cuando entiendan lo que es necesario para ganar, sin duda darán muestras de las magníficas aptitudes vaqueras del Caballo Chileno. Soy un convencido de ambos.  Un tú-a-tú con cualquier raza vaquera del mundo.


 

Creo que hubo un tiempo cuando la rienda realmente era un paso requerido en el desarrollo de cualquier caballo corralero. Los que estuvieron en años pasados me dicen que hubo épocas que la rienda siempre agrupaba un numero grande de competidores. Jinetes de renombre se preocupaban de mostrar sus habilidades en la rienda, tanto como el rodeo. Cuando esta costumbre se fue perdiendo, por un tiempo incluso se le obligó a los jinetes hacer ambas disciplinas si querían entrar en el ranking nacional. Todo este interés de aquella época, sin duda debe haber resultado en caballos más pulidos en la Rienda Chilena. El hecho que impresionaron los públicos de muchos países ajenos, es solo una prueba más del nivel que tuvo este evento en Chile.

Pero aún si aceptamos los comentarios actuales que la rienda en Chile ha perdido la buena ejecución de años pasados, igual tenemos que aceptar ciertas diferencias de criterio entre el “Reining” y la Rienda de Chile como una realidad indiscutible.

La diferencia principal entre los dos, es que el “Reining” es una secuencia de movimientos que incorporan todos los ejercicios a juzgarse, mientras que en la Rienda Chilena estos ejercicios son juzgados individualmente. Además en el “Reining” hay diez distintas secuencias para los recorridos de las maniobras, y cada uno tiene un distinto orden de los ejercicios. El jurado puede elegir uno en particular para ejecutarse el día de la competencia. Como es bien conocido, en Chile el orden de los movimientos siempre es el mismo para los trabajos de un dado nivel de concurso.

Fuera de la importancia que el caballo que compite en el “Reining” no puede adivinar tan fácilmente que es lo que el jinete está por pedirle, también hay otro factor muy importante que resaltar. Cuando los ejercicios se llevan acabo en una rutina secuencial, los caballos no solamente tienen que llevar acabo los movimientos deseados pero además, tienen que hacer transiciones fluidas entre las mismas. Esto da una muestra de mucho más control del jinete, que se ve obligado en cambiar de ritmo, de dirección o de aires con un socio equino que tiene que estar muy atento a la comunicación sutil con su jinete. En cambio, los caballos en la Rienda Chilena, solamente tienen que memorizar un movimiento y mecánicamente llevarlo acabo entre señales de comenzar y parar. Lo que pretende demostrar el “Reining”, tanto como la Doma Vaquera Española y el Adiestramiento Clásico, es una sensible comunicación entre el hombre y el caballo, que se efectúa de una manera casi imperceptible. No es suficiente que el caballo simplemente reconozca que va hacer un movimiento y ejecutarlo. Más bien, se quiere muestras de fluidez, flexibilidad y cadencia durante un mutuo entendimiento entre caballero y corcel, de lo que esperan lograr juntos en la presentación.

Creo que la forma más explícita para demostrar esta diferencia es comparar un par de hombres llevando acabo una exhibición de Karate, y una pareja experta en Baile de Salón. Los ejercicios que ejecutan los karatecas son  precisos, agresivos, tensos y fuertes. Estas características son importantes frente combates en los cuales se ponen a riesgo sus vidas. En cambio, los movimientos de la pareja de baile tienen un ritmo, soltura y sensibilidad que le permite accionar y reaccionar en cosa de milisegundos, con movimientos tan unidos que parecen una sola entidad.

Si analizamos la trayectoria del caballo de Rodeo, podemos entender más claramente porque existen estas diferencias. El Rodeo Chileno es un deporte agresivo, que en muchas maneras asemeja un combate. Los caballos de guerra entraban en situaciones anormales para un equino, y de ellos se esperaba muy poco pensamiento y respuestas instantáneas de la orden de su amo. El campo de batalla no daba muchas opciones de accionar, ya que se esquivaba soldados amenazantes de infantería, se saltaba los muertos, se cruzaba barreras letales ó incluso saltaban hacia abismos totalmente inciertos. Las decisiones lo hacían el guerrero montado y su vida dependía de una respuesta inmediata e incondicional de parte del caballo. Más que inteligencia, el caballo de guerra tenía que tener una valentía que lo animara a seguir ordenes aún cuando estas repetidas veces le eran causa de dolor.

Por esta razón, los guerreros medioevales usaban grandes espuelas y una rienda tensa unidos a bocados fuertes, con los cuales podían confinar los movimientos de su palafrén con la precisión que necesitaba en combate. En gran parte las batallas de esta época fueron confrontaciones frontales, donde el choque entre batallones era inevitable. Ciegamente los caballos seguían comandos y cuando se le pedía la embestida, la respuesta de todo buen caballo de combate era una fuerte arremetida hacia delante.

Creo que el deporte del rodeo se asemeja a las necesidades de combate en muchos sentidos. Los caballos tienen que maniobrar en pasos laterales a pleno galope, que es un movimiento anormal para la especie. Luego tiene que enfrentar su “enemigo” manteniendo contacto en sus pechos, por debajo y detrás de su área de visión. Esto tampoco es un comportamiento normal para el caballo y en ninguna otra raza vaquera se le exige este tipo de agresividad. Por ultimo, en un momento preciso, se le pide un remate vigoroso en atajar el bovino con suficiente fuerza para detener todo el impulso que lleva en su carrera. Por la incomodidad que le significa, la gran mayoría de las razas equinas se negarían de tener este tipo de contacto repetidas veces, pero la valentía de un buen Caballo Chileno le permite repetir este choque brutal, una y otra vez.

Cuando uno piensa lo poco natural que es lo que se le pide a un caballo corralero, realmente es admirable ver con que entusiasmo siguen las señales precisas de sus jinetes. Creo que justamente esto es el punto que quiero hacer, porque el deporte del Rodeo da una mentalidad en la cual, de muy temprano, se enseña a los caballos a estar muy restringido en sus movimientos. Desde la amansa tradicional, a todo lo que se hace en el arreglo de un caballo de rodeo, es indispensable tener una relación muy dictatorial.

El caballo bien arreglado para el rodeo siempre tendrá un contacto permanente con el freno y su cabeza siempre estará en alza. Como caballo de carrera, el corralero corre contra el freno y el jinete quiere palpar su ímpetu en sus manos. Irónicamente aunque uno ve muchos caballos de rodeo con cierta reunión cuando están parados o al tranco, desde que los mismos están en más movimiento, las cabezas cogen una posición horizontal con el morro en alto. Esto tiene algo de lógica para el caballo que va con postura, porque tiene que poner su cabeza por encima del novillo. Pero desde el apiñadero hasta los quinchos, es común ver esta posición de cabeza incluso en el caballo arreador. La gran mayoría de los caballos que trabajan duro las vueltas en el apiñadero suben sus morros más alto aún, esperando la tensión de las riendas en las paradas abruptas de las esquinas. En fin, lo que requiere este deporte es una agresividad controlada, que en el momento exacto, se puede lanzar contra el objetivo para hacer la atajada.

Mucho de esta mentalidad se ha traspasado a la rienda. Entiendo porque es así en un país donde el rodeo significa casi todo para el Caballo Chileno. Pero cuestiono si es necesario, cuando la base de una buena rienda generalmente es preámbulo a los trabajos con el ganado. Bueno, así se pensaba antes que debiera ser, pero creo que con la especialización del rodeo, más y más, los caballos entran rápidamente a adquirir experiencias topeando los novillos, antes de perfeccionar los conceptos de la rienda.

¡¡Amigos, quiero que me entiendan bien!! NO estoy criticando estos hechos porque nadie sabe mejor como moldear un caballo corralero que nuestro huaso Chileno. Pero hago esta aclaración, porque la poca popularidad de la rienda en los últimos años ha hecho que corraleros participen en rienda, en vez de ser un camino más lógico para especialistas en rienda, que pueden progresar al rodeo. Esto es notorio en la forma que se mueve en la rienda en el Chile que hoy día conocemos. Los ejercicios que se llevan a cabo tienen la misma rigidez mecánica que se necesita en el rodeo, y la gran mayoría de las veces lo que se ordena al caballo Chileno ejecutar, es con fuertes comandos autoritarios que implican dolor para el caballo.

Nada demuestra esto más claro que la famosa metida de patas Chilena. No tengo que describir cual es, porque todos Uds. lo tienen en mente. Es la que más aplaude el público y también es la que se ve en los platos de cobre en cualquier tienda artesanal, o la que llena nuestros anuarios de famosos caballos de rienda de otros años. Es cierto que las patas están debajo del cuerpo del pingo, pero que más le queda, cuando el jalón de las riendas le causa un dolor tan severo que el caballo queda buscando las Tres Marías en el cielo y abre su boca como el león de la MGM, al pensar “hay Diosito, aquí viene otra vez!!”  Si la cabeza va para arriba, el lado contrario tiene que ir para abajo, y el público grita con euforia.

Sé que los reglamentos no buscan esto, pero es lo que casi siempre se observa. Es tan esperado, que en todo Chile, vemos las imágenes reproducidas dando la idea que es lo que debe ser. La mentalidad es consistente, porque también vemos el espuelazo en la pasada frente los jueces (sin motivo alguno para el caballo), las enterradas de espuela en el costillar en las vueltas sobre parado y los movimientos exagerados de los jinetes que tratan de “forzar” su cabalgadura hacer lo que se le ordena.

Podría desmenuzar todos los ejercicios y decir las muchas cosas que no hacen razón en la lógica caballerista. Por ejemplo, si queremos que un caballo funcional en vaquería pare repentinamente cuando una res cambia de dirección, lo que menos necesitamos es que este viendo las nubes en el cielo. Esa es la razón por la cual se pide que un buen caballo de rienda tenga reunión, porque con esa cabeza en una posición vertical el caballo tiene a la vista sus objetivos. Ni hablar que esta en una posición más balanceada para su próximo movimiento. En fin todos los conceptos de una buena equitación tienen un motivo lógico de ser. Yo no estoy aquí para decir que la tradición tiene que cambiar en la Rienda Chilena, pero si estoy aquí para decirle a esta industria que tanto quiero, que ese camino no nos llevará a ningún lado afuera de Chile.

Si queremos competir afuera, en la FICC, EE.UU., las Olimpiadas o donde sea, tenemos que aprender a ser bailarines en vez de karatecas. En el mundo del “Reining” es indispensable que los caballos trabajen con reunión, no solos al tranco, pero en todos los aires. Es importante que aprendamos a relajarnos en el caballo. Es un requisito que el caballo trabaje con un ceno en las riendas, para dejar que el también participe en el evento, y que lo haga con gusto, en vez de tensión. Si nos concentramos en alabarle sus decisiones correctas en vez de castigar sus errores, lo que le estamos pidiendo que haga, se tornará entretenido.

Tenemos que cambiar la relación con nuestros caballos para hacer una sociedad funcional con ellos. El buen caballo de rienda tiene que estar pendiente de cada gramo de peso que el jinete altera en la postura de su cuerpo, en el interior de los muslos, en las pantorrillas, en su asiento, en la dirección de la cabeza y en la suave mano que caricia las riendas. El buen caballo de rienda no recibirá un comando solo, para nada de lo que hace. Más bien tendrá un grupo de señales a través de todo el cuerpo, que en conjunto tienen un efecto sinergético sobre lo que uno está “pidiendo” que el caballo haga. La confiabilidad de sus reacciones ante estos pedidos vendrá debido a las múltiples y consistentes formas que uno lo premia ante una decisión correcta.

Yo no tengo experiencia en el rodeo, pero admiro tremendamente lo que en ese deporte se logra. Creo que es una de las disciplinas ecuestres más complejas que he visto. Pero si se necesita una relación dictatorial con el caballo para llevarla a cabo, es importante que nos demos cuenta que eso no va funcionar en la rienda. A fin de cuenta, como uno logra los cuatro puntos de una atajada, no influye nada en los resultados. En ese sentido el rodeo se presta para que se pruebe cualquier sistema que da el objetivo final. O sea, que en el Rodeo, “el final justifica el medio”. Pero en el “Reining” todos los desplazamientos desde que uno empieza hasta que termina el evento, son juzgados. Está claro que en este evento, solo el medio justifica la nota final de los jueces.

Si queremos mostrar las grandes aptitudes que confío ciegamente que tienen los Caballos Chilenos, entonces démosle oportunidad a este guerrero mostrar lo que puede hacer en la sala de baile. No tengo dudas, que más de un soldado valiente en la historia de Chile, ¡¡también fue bueno para mover las caderas!! Seguramente que en la población de Caballos Chilenos también hay muchos que se las pueden.

Hasta la próxima,

 

Randall

 

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